Tomamos nuestras armas, la guerra había comenzado nuevamente y nos tomó a todos por sorpresa; bueno, eso me gustaba creer, lo cierto es que la Reina había dejado ver sus intenciones desde el momento en que aquel hombre nos traiciono.

Jamás confiar en nadie que viniera del planeta azul, esas son las reglas, sin piedad y sin misericordia debemos masacrarlos, aún ahora que están al borde de la aniquilación siguen siendo igual de traicioneros y feroces.

Ellos lo llaman valor o inteligencia, para mí solo es desesperación y miedo, aquello que se ve reflejado en sus ojos antes de cada batalla, son guerreros feroces, a pesar de estar en clara desventaja pelean, no por honor o gloria, me atrevería a decir que ni siquiera por la victoria, siguen órdenes sin cuestionar o valorar su propia existencia, pelean solo por pelear, mueren sin sentido, solo por morir, son patéticos.

Esta conducta tan poco honrosa es lo que los tiene al borde de la aniquilación, ha sido una campaña sencilla, rompieron el equilibrio y merecen el castigo, merecen desaparecer.

Mi Reina intentó salvarlos, y es algo que le costó muy caro, ahora es ella quien los aniquila sin dudar, no puedo decir que le divierte la masacre o si le duele asesinar con tal determinación, pero estoy seguro porque lo hace, y la seguiría hasta la muerte de ser necesario.

Ahora estamos aquí, frente a su último bastión, hemos acabado con sus ejércitos sin dificultad alguna, su tecnología, a pesar de ser inmensa, es cruda y horrenda, solo dedicada a la guerra y eso ha sido su perdición, sus armas de las que estaban tan orgullosos han probado ser inútiles contra nuestra armada.

Son predecibles, tanto sus estrategias como sus medios, carecen de honor, por eso son inferiores.

Veo como se preparan para la batalla, colocan sus juguetes de detección y establecen un perímetro, son hábiles pero no lo suficiente.

Su artillería está en posición, su infantería colocada, sus blindados intentan rodearnos, cada uno de nosotros acaba en promedio con 50 o 100 soldados antes de que se replieguen, podrían ser más pero nunca hay suficientes para comprobarlo.

Mi Reina está al frente de la unidad, no importa que el consejo le sugiera retirarse o ver la batalla desde el castillo, ella viene y lucha a nuestro lado, codo con codo arriesga su vida junto a nosotros, nadie dejaría que le pongan un dedo encima, si es que fuera posible hacerlo.

Junto a ella está Zigfrid, nuestro comandante y mentor; Argul, sabio líder de los hechiceros; y en el cielo Viktor, con su Draco saluda a mi Reina y se prepara para desatar el infierno.

Ahora después de tantas batallas estamos a pocas horas de conquistar el oeste, las unidades de apoyo controlan los caminos y las salidas, mi Reina no quiso traerlos, con nosotros es suficiente, diez mil Valkyrs listos para la batalla, frente a nosotros hay una planicie llena de humanos, alrededor de cien mil soldados de infantería, será una batalla divertida.

Notas del autor: Pequeño fragmento de una novela que se encuentra en redacción desde ya hace varios años, la continuo por momentos y estos pequeños párrafos comenzarán a ver la luz, espero disfruten su lectura y agradeceré mucho sus comentarios sobre esta mini novela en su red social preferida: Facebook | Google + | Twitter.